L7..."Girl power en estado puro"
Antes en 1984, en la ciudad de Pórtland, tres amigas llamadas Courtney Love, Kat Bjelland y Jennifer Finch formaban la efímera banda Sugar Baby Doll (solo ofrecieron dos conciertos), pero a la vez muy importante en tanto que germen de tres grupos clave respectivamente: Hole, Babes In Toyland(Kat Bjelland Junto a Michelle Leon y Lori Barbero) y L7 (Donita Sparks y Jennifer Finch), ni mas ni menos.
Desgraciadamente eclipsados por la turbulenta biografía y el interés mediático del personaje de Love, Hole ha sido uno de los escasísimos grupos capaces de trascender la filiación grunge, subvertir estereotipos y alcanzar altas cotas de creatividad por si mismos.
Courtney Love, acabó encontrando en Hole el filón para una obra tan salvajemente confesional como rotunda y ruidosa a lo largo de tres álbumes: Pretty on the inside (1991), Live throught this (1994) y Celebrity Skin (1998).
Tanto Hole como Babes In Toyland parecían buscar el sonido más ruidoso y los gritos más desgarradores mientras adoptaban la estética bautizada por ellas como “kinderwhore” (putas de infancia): camisones rotos, lápiz de labio rojo descuidado. Parecían mostrarse al mismo tiempo como victimas de una violación, muñecas rotas y, efectivamente, prostitutas infantiles, la virgen y la meretriz, la niña inocente y la mujer arrogante, rompiendo así las etiquetas impuestas históricamente por la cultura patriarcal.
Contra el bobo – tonto - rock de Guns and Roses se instauró un coño – rock heredado de grupos de los setenta como The Slits, The Runaways o The Raincoats, a quienes Kurt Cobain abordó para invitarlas como teloneras de sus giras.
Love, enseñaba las superficies de la cultura del glamour para mostrar sus monstruosidades interiores. Sus canciones eran como despedazar a una Barbie: el final de los sueños de los cuentos de hadas y los ideales socialistas de belleza, directamente a los fundamentos de una cultura que, para ellas, solo generaba dolor y frustración, aun mas endurecida desde un discurso plenamente femenino.
Hole tampoco se libraron de la tragedia, con el fallecimiento por sobredosis de su bajista Kristin Pfaff, en Junio de 1994.
El auge del rock alternativo y su suceso a los grandes medios contribuye a que un puñado de bandas féminas se haga escuchar con gran fuerza. Aunque no hay que adscribirlas a ningún género en concreto, todas ellas comparten referencias sonoras punk y hard rock, actitud de confrontación y militancia underground. No forman ningún movimiento como tal, pero los miembros de Sonic Youth, catalizadores de gran parte de la música de riesgo de los últimos veinte años se encargarían de perfilar sus rasgos ideológicos.
"Me gusta la comodidad de saber que las mujeres son generalmente superiores y naturalmente menos violentas que los hombres. Me gusta la comodidad de saber que las mujeres son el único futuro en el Rock and Roll".
Kurt Cobain (Diarios personales, 2003).
Kurt
Cobain
Empezar a hablar de la relevancia que ha tenido la mujer en la escena musical independiente sería una labor de características considerables. Sería transportarnos a finales de la década de los setenta, en plena eclosión Punk. Y aunque hacerlo resultaría bastante interesante, necesitaríamos de muchas líneas y demasiado tiempo para finiquitarlo.
Así pues, y aunque existan precedentes más o menos ilustres, nos limitaremos solo a hablar de un considerable número de elementos femeninos que confirman la creciente normalización y el profundo acceso al grandioso universo indie.
Definitivamente, las mujeres han tenido un papel fundamental dentro de un movimiento que, por encima de sus logros musicales, redefinió muchos de los aspectos imperantes en la cultura Rock. Los grupos de chicas no solo aportaron una corriente antisexista, sino que incluso fueron los que desarrollaron – duélale a quien le duela –mayor creatividad y conceptos más radicales. Por ejemplo, The Gits. Aunque no era una banda ciento por ciento femenina, la personalidad de su líder, Mía Zapata, les dotó de una perspectiva neofeminista a base de rabia, actitud punk y manifiestos existenciales que encajaban con el ideario indie riot grrrl.
Debutaron en 1992 con el álbum “Frenching The Bully”. Un año después, Zapata era brutalmente violada y asesinada, un suceso que conmocionó para siempre al Seattle rockero. En su homenaje, el recopilatorio “The Art of self defense”, reunió a artistas como Nirvana, Pearl Jam o la ex líder de los seminales The Runaways, Joan Jett, quien en 1996 llegó a ser cantante ocasional de unos The Gits que siguieron funcionando a pesar de la perdida de su voz primigenia.
La inspiración de esta banda fue fundamental en grupos como 7 Years Bitch, cuyo ¡Viva Zapata! (1993) fue un inspirado homenaje a Mía.
Así pues, y aunque existan precedentes más o menos ilustres, nos limitaremos solo a hablar de un considerable número de elementos femeninos que confirman la creciente normalización y el profundo acceso al grandioso universo indie.
Definitivamente, las mujeres han tenido un papel fundamental dentro de un movimiento que, por encima de sus logros musicales, redefinió muchos de los aspectos imperantes en la cultura Rock. Los grupos de chicas no solo aportaron una corriente antisexista, sino que incluso fueron los que desarrollaron – duélale a quien le duela –mayor creatividad y conceptos más radicales. Por ejemplo, The Gits. Aunque no era una banda ciento por ciento femenina, la personalidad de su líder, Mía Zapata, les dotó de una perspectiva neofeminista a base de rabia, actitud punk y manifiestos existenciales que encajaban con el ideario indie riot grrrl.
Debutaron en 1992 con el álbum “Frenching The Bully”. Un año después, Zapata era brutalmente violada y asesinada, un suceso que conmocionó para siempre al Seattle rockero. En su homenaje, el recopilatorio “The Art of self defense”, reunió a artistas como Nirvana, Pearl Jam o la ex líder de los seminales The Runaways, Joan Jett, quien en 1996 llegó a ser cantante ocasional de unos The Gits que siguieron funcionando a pesar de la perdida de su voz primigenia.
La inspiración de esta banda fue fundamental en grupos como 7 Years Bitch, cuyo ¡Viva Zapata! (1993) fue un inspirado homenaje a Mía.
Antes en 1984, en la ciudad de Pórtland, tres amigas llamadas Courtney Love, Kat Bjelland y Jennifer Finch formaban la efímera banda Sugar Baby Doll (solo ofrecieron dos conciertos), pero a la vez muy importante en tanto que germen de tres grupos clave respectivamente: Hole, Babes In Toyland(Kat Bjelland Junto a Michelle Leon y Lori Barbero) y L7 (Donita Sparks y Jennifer Finch), ni mas ni menos.
Desgraciadamente eclipsados por la turbulenta biografía y el interés mediático del personaje de Love, Hole ha sido uno de los escasísimos grupos capaces de trascender la filiación grunge, subvertir estereotipos y alcanzar altas cotas de creatividad por si mismos.
Courtney Love, acabó encontrando en Hole el filón para una obra tan salvajemente confesional como rotunda y ruidosa a lo largo de tres álbumes: Pretty on the inside (1991), Live throught this (1994) y Celebrity Skin (1998).
Tanto Hole como Babes In Toyland parecían buscar el sonido más ruidoso y los gritos más desgarradores mientras adoptaban la estética bautizada por ellas como “kinderwhore” (putas de infancia): camisones rotos, lápiz de labio rojo descuidado. Parecían mostrarse al mismo tiempo como victimas de una violación, muñecas rotas y, efectivamente, prostitutas infantiles, la virgen y la meretriz, la niña inocente y la mujer arrogante, rompiendo así las etiquetas impuestas históricamente por la cultura patriarcal.
Contra el bobo – tonto - rock de Guns and Roses se instauró un coño – rock heredado de grupos de los setenta como The Slits, The Runaways o The Raincoats, a quienes Kurt Cobain abordó para invitarlas como teloneras de sus giras.
Love, enseñaba las superficies de la cultura del glamour para mostrar sus monstruosidades interiores. Sus canciones eran como despedazar a una Barbie: el final de los sueños de los cuentos de hadas y los ideales socialistas de belleza, directamente a los fundamentos de una cultura que, para ellas, solo generaba dolor y frustración, aun mas endurecida desde un discurso plenamente femenino.
Hole tampoco se libraron de la tragedia, con el fallecimiento por sobredosis de su bajista Kristin Pfaff, en Junio de 1994.
El auge del rock alternativo y su suceso a los grandes medios contribuye a que un puñado de bandas féminas se haga escuchar con gran fuerza. Aunque no hay que adscribirlas a ningún género en concreto, todas ellas comparten referencias sonoras punk y hard rock, actitud de confrontación y militancia underground. No forman ningún movimiento como tal, pero los miembros de Sonic Youth, catalizadores de gran parte de la música de riesgo de los últimos veinte años se encargarían de perfilar sus rasgos ideológicos.
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